lunes, 30 de abril de 2018

ARGENTINA: SERÍA UN HECHO LA RECONVERSIÓN DE LAS FFAA A «GUARDIA NACIONAL» - Dr Carlos Marcelo Shäferstein

Al igual que lo sucedido en la década de 1990 cuando el gobierno mundial impuso la disolución del Ejército Panameño porque podría poner en peligro al «sistema democrático», la Argentina se apresta a la virtual disolución de sus FFAA para reconvertirlas en «Guardia Nacional».

Por lo menos así surge del Mensaje Militar Conjunto (RESERVADO) del Estado Mayor General del Ejército Nro 2716/2018 y de informaciones diversas filtradas por los medios.

Desde la Guerra de Malvinas (1982) que las Fuerzas Armadas no dejan de declinar. La relación entre sociedad uniformada y sociedad civil fue en deterioro, y es probable que haya más novedades con el riesgo de una mayor y más profunda crisis de los militares argentinos en plena desactivación.  
Haciendo un poco de historia militar comparada, tras la invasión de Panamá por el Ejército de los Estados Unidos (Operación Justa Causa)  el nuevo gobierno panameño decidió eliminar el ejército y formar una «fuerza pública». Esta prohibición de volver a tener Fuerzas Armadas fue elevada a rango constitucional en el año 1994.
De ese modo el gobierno del entonces presidente impuesto por los EEUU ~el abogado de empresas norteamericanas Guillermo Endara~ abolió ejército y reformó el aparato de seguridad mediante la creación de la Fuerza Pública panameña.
En octubre de 1994, la Asamblea Legislativa panameña aprobó la enmienda constitucional que prohíbe la creación de una fuerza militar permanente haciendo formalmente permeable al país frente a los futuros actos de agresión externa. El formato de las Fuerzas de Defensa fue reemplazado por la fuerza pública panameña.
La Fuerza Pública incluía a la Policía Nacional de Panamá (que aún sobrevive, con limitaciones), el Servicio Marítimo Nacional, la Policía Técnica Judicial (PTJ) para actividades de investigación, un limitado Servicio Aéreo Nacional, y un servicio de armado de Protección Institucional (SPI) o para la protección de los edificios públicos y protección del mandatario así como de «gente importante» [textual] del gobierno de la República centroamericana.
La Fuerza Pública también era capaz de llevar a cabo funciones militares limitadas. En contraste con las Fuerzas de Defensa durante el anterior régimen militar, la Fuerza Pública panameña es de dominio público y bajo control del Órgano ejecutivo Panameño.
El de 20 de agosto de 2008 se creó el Servicio Aéreo Nacional fusionándose con el Servicio Marítimo Nacional para convertirse en el Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) que se complementó con la creación del nuevo Servicio Nacional de Fronteras dependiente de la Policía Nacional del país centroamericano. Todo este conjunto ~de poder absolutamente limitado~ se denomina Guardia Nacional, y hacia ese modelo va a desembocar inexorablemente la Argentina.
Panamá tampoco tiene más un ministerio de Defensa, como con el que contó en el pasado, sino que éste organismo fue reemplazado ~primero~ por el Ministerio de Gobierno y Justicia de Panamá, en 1990 y ~más recientemente~ por un ministerio de Seguridad Pública dividido en dos áreas: Seguridad Pública y Gobierno. Bajo esa órbita, según fue publicado en la Gaceta oficial 27165 de 16 de noviembre de 2012, quedó conformada la endeble fuerza armada de aquel estratégico espacio aeronaval: 1. La Policía Nacional de Panamá (con 20.000 efectivos aproximadamente); 2. El Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), con 2.000 empleados; 3. El Servicio Nacional de Fronteras, de 4.000 funcionarios, y 4. El Servicio de Protección Institucional (SPI), adscripto al Ministerio de la Presidencia, de 1.000 agentes.
En total, todos los elementos citados no alcanzan a 26.000 efectivos en la actualidad.
Para resguardo de los intereses estratégicos hoy existe una fuerza de tareas internacional compuesta de un buque de apoyo logístico, otro de desembarco de tropas, seis patrulleras de línea tipo November, una patrullera de asalto tipo Mark IV, otra patrullera de asalto tipo Mark II y cuatro botes de interdicción marítima. Todo este material y tripulaciones pertenecen al Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos. Por su parte también Italia provee de cuatro patrulleras de línea tipo Super 200 y dos patrulleras oceánicas tipo 900. En tanto Gran Bretaña controla las costas panameñas mediante dos patrulleras tipo Vosper.
Sólo tienen tripulación panameña tres patrulleras de apoyo tipo Limas y, en conjunto con la Armada de Colombia, quince botes de patrullaje costero.
El escuadrón aéreo de ala fija está compuesto por cuatro Cessna norteamericanos del Servicio de Guardacostas de ese país, con su tripulación incluida, para búsqueda y rescate, reconocimiento, traslado y evacuación de heridos y un CASA 212 de la Fuerza Aérea de España, destinado a transporte táctico, búsqueda de objetivos y paracaidismo.
Aquel pequeño componente aéreo opera desde una única base,  la Estación Aérea Teniente Octavio Garrido. Pero Panamá en realidad no ahorra por haber optado por privarse de fuerzas armadas (y la consecuente resignación de su propia soberanía nacional) porque en realidad tiene que pagar el servicio de las potencias extranjeras que custodian la zona del canal con aproximadamente el 1% de su PBI, más la participación en los ingresos por los cánones por la utilización del mismo. 
Efectuada esta advertencia, agregamos mensaje militar conjunto reciente que acreditaría la intencionalidad de la cartera de Defensa, que, en conjunto con otros ministerios, se aprestan a copiar el modelo panameño.
La versión inicial de esta noticia ~que intenta advertir la desarticulación definitiva de la Defensa argentina~  se atribuyó tanto a allegados al Secretario de Comunicación pública, Jorge Greco, como al propio ministro de Defensa, Oscar Aguad, ambos integrantes de la Mesa de Seguridad Nacional (Decreto 174/2018), junto a Marcos Peña Braun y Fulvio Pompeo. 
El Presidente Mauricio Macri, en definitiva, habría ordenado reducir fuertemente la estructura tanto como el presupuesto asignado a las Fuerzas Armadas, para lo cual fusionaría actividades como paso inicial a la creación de una Guardia Nacional, según el modelo de alguno que otro país latinoamericano que optaron por resignar su soberanía nacional delegando en otras potencias esa indelegable responsabilidad de la defensa de la integridad territorial argentina.
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